Por: Lic. José Carlos Silva, Abogado y Notario
Generalmente los administradores de las empresas saben cuáles son las funciones o actividades que corresponden a cada plaza o puesto de trabajo; y también saben cuál es el perfil que debe tener la persona apta para ocuparla; de modo que, en caso de vacante, pueda ofrecerse dicha plaza con algún detalle de los requerimientos y recibir candidatos que se consideren idóneos.
La entrevista de trabajo y examen de documentación tiene por objeto para el entrevistador, verificar la idoneidad del candidato y para el entrevistado, ver si las condiciones laborales le interesan o convienen.
Si el candidato carece de algún requisito académico, experticia o personalidad que la plaza requiere y no es subsanable, podrá ser rechazado por insuficiente calificación. Es recomendable, no solo por cortesía, notificar la decisión al candidato que no fue elegido y mencionar las áreas que, a juicio del entrevistador, debe mejorar.
Pero rechazar a un candidato, por considerarlo sobrecalificado, me parece injusto con el candidato y dañino para la empresa, pues se le priva de tener un trabajador, que le puede ayudar de varias maneras.
En principio, considerar a alguien sobrecalificado significa que llena los requisitos solicitados, que es apto para la plaza y además, tiene otras aptitudes.
En estos tiempos de plazas multifuncionales, tener más aptitudes de las requeridas es una ventaja o «plus» para la empresa.
¿Porque entonces rechazar a un candidato así?
Una de las causas del rechazo es la existencia de prejuicios, a veces en el mismo entrevistador o jefe, ejemplos:
1. TEMOR: «Si lo contrato, será mi subordinado un tiempo, pero luego ocupará mi puesto.»
2. DESCONFIANZA: «Él o ella podría trabajar en cualquier otra empresa pues tiene muchas capacidades, debe tener algún motivo oculto para querer entrar aquí.»
3. INSEGURIDAD: «Aceptará el trabajo y estará aquí, hasta que consiga otro mejor.»
Estas motivaciones son subjetivas y negativas, pues privan a la empresa de tener un empleado que aporte más de lo esperado; y contradicen la idea que la preparación académica es una inversión que produce frutos en la sociedad.
Deseo que esta nota, traiga una reconsideración sobre el rechazo de «sobrecalificados» y se sepa aprovechar los beneficios de su contratación.